Cuando se trata de guantes de trabajo todos buscamos un buen equilibrio: un buen ajuste con una gran comodidad que permita trabajar largas jornadas con ellos puestos mientras te protegen de diversos peligros.
Sin importar su durabilidad y calidad, todos los guantes dejarán de ser útiles algún día una vez que cumplen su ciclo vital, ya sea este de una semana, un mes, dos meses, etc.
Sin embargo existen ciertos errores típicos en su cuidado que pueden provocar que se desgasten a una velocidad inusitada. Sabemos que son consumibles pero si hay una forma de extender su vida útil ¿por qué no habríamos de hacerlo?
En este artículo te hablaremos sobre las mejores prácticas para que tus guantes duren el mayor tiempo posible brindando la mejor protección durante tu jornada diaria.
Contenidos de este artículo:
Conoce las limitaciones de tus guantes y tenlas en cuenta
Prepárate para dejar de lado lo superfluo por lo vital
Ayuda a tus guantes a durar más tiempo
Conoce las limitaciones de tus guantes y tenlas en cuenta
Sabemos que ningún guante es perfecto y aunque puede que encuentres alguno que cubra la mayoría de tus requerimientos, en ocasiones estos pueden quedar algo cortos en cuestión de comodidad o impermeabilidad.
Por ejemplo, los guantes impermeables no son del todo impermeables por una simple razón: cada guante que usarás siempre tiene un gran agujero por el que el agua puede filtrarse y es aquel por el que metemos la mano, por lo que incluso con los mejores materiales impermeables, el agua siempre puede encontrar alguna manera de entrar.
Los guantes resistentes al calor y las llamas también tienen sus límites, al igual que aquellos que ofrecen protección contra cortes, abrasión y pinchazos. Y cuando encuentres un guante que te proteja en la forma que buscas, probablemente sacrifiques al menos un mínimo de comodidad.
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Prepárate para dejar de lado lo superfluo por lo vital
Una vez que aceptemos el hecho de que no existe un guante perfecto que dure para siempre y ofrezca una adecuada protección al mismo tiempo, es hora de pensar en lo verdaderamente importante: ¿qué características son imprescindibles y cuáles sólo son deseables?
Para aquellos que trabajan al aire libre la protección contra el frío es una prioridad y si bien la comodidad es deseable, esta no importará mucho si no puedes sentir tus manos. Es por ello que el aislamiento térmico es incluso más importante que la resistencia al agua, ya que unas manos húmedas y calientes son un millón de veces mejores que unas húmedas y frías.
Ten en claro cuales son tus prioridades y mentalízate a dejar de lado algunas cosas menos vitales en pro de aquellas que son necesarias. Si encontramos un modelo que lo tenga todo a excepción de un uso cómodo, un forro podría ayudar con eso. Sin embargo, independientemente de los guantes que encuentres, debes recordar que estos no durarán indefinidamente.
Ayuda a tus guantes a durar más tiempo
Sabemos que probablemente no sueles pasar tu jornada de trabajo pensando en cómo cuidar tus guantes ya que únicamente son una herramienta, sin embargo es importante dedicar un poco de tiempo a ellos ya que esta herramienta podría ser el factor que proteja tus manos de un serio accidente.
Las siguientes precauciones te ayudarán a que tus guantes duren más tiempo:
1. Un guante limpio es un guante durable
- Es importante limpiar los guantes con latex y otro tipo de recubrimientos, ya que algunos químicos y materiales pueden llegar a descomponerlos.
- Esto también aplica para materiales tejidos y algunas pieles ya que pueden transformarse en fibras y desgastarse el material desde adentro hacia afuera.
- Mantenerlos secos para evitar formación de bacterias.
2. Cada guante tiene sus mejores usos y cuidados
- Si se arroja los guantes en una caja de herramientas y se coloca llaves o martillos encima de ellos, es probable que no duren el tiempo que deberían.
- Esto mismo ocurre con los rellenos o la exposición a estrés innecesario ya que cada esfuerzo que soportan mientras no están en tus manos se traducirá en un poco menos de tiempo que permanecerán en servicio para ti.
Nada dura para siempre, ni siquiera los guantes más resistentes de alta tecnología, con grandes características que se ajusten como una segunda piel. No importa qué tan bien los cuides, eventualmente, todos necesitarán ser sustituidos, pero si ese momento llega antes o después, esto dependerá de ti en gran medida.
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